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Una de las pocas veces que fuimos de vacaciones toda la familia, es decir tios y prima, fue a San Sebastián, recuerdo que traje una gran foto de una ola gigantesca rompiendo en el paseo, aún la conservo.

Siempre me ha gustado ver romper las olas contra el paseo, aunque nunca he sido tan osada como para estar ahí.

Siempre han habido catástrofes naturales, es verdad, pero llevamos una temporada impresionante de unos años aquí la naturaleza se está volviendo contra nosotros, haríamos bien en preguntarnos si verdaderamente la estamos ofendiendo y más aún hiriéndola de muerte. Nos ataca y no distingue países ricos de pobres, territorios habitados o desolados,..., le da lo mismo. En algunos sitios llega sin avisar, y en otros aún avisados no hacemos caso y pasa lo que tiene que pasar.

¿Hasta cuándo vamos a desafíar a la naturaleza? Llevamos las de perder, cuanto antes nos demos cuenta de esto mucho mejor.

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, nosotros llevamos siglos tropezando y al parecer seguimos ciegos y sordos a los envites que nos lanza.