NO, yo digo: No a la huelga, y digo no, porque no estoy de acuerdo con los Sindicatos, con ninguno de ellos, porque como todos los políticos solo se preocupan de mantener sus culos cómodos y de que sus puestos en el sindicato perduren en el tiempo. Porque sólo se ocupan de sus trabajadores fijos, porque los que les mantenemos igualmente pero somos eventuales les somos totalmente indiferentes, porque a los sindicalistas liberados les pagamos el sueldo sin dar palo al agua, porque además estoy casi segura que no verán su salario disminuído por ir a la huelga, bien al contrario cobrarán algún extra por prepararla, porque tienen una subvenciones de infarto para ayudar a sus trabajadores que no usan para lo necesario, ..., ¿sigo? mejor que me calle porque lo único que consigo es que mi tensión arterial suba y se ponga a niveles de maratón.
No merece la pena, de acuerdo que estamos en caída libre, como el resto de Europa, diría yo. Ahora queda esperar que no nos echen como la Merkel pretende hacer con unos 15.000 funcionarios alemanes, y eso que la alemana es la economía fuerte, veremos cuanto tardan en echarnos a los demás. Pero allá ellos, no han de olvidar que sus sueldos también dependen de nosotros, y que sus sillones están tambaleándose de nuevo, lastima que no hay alternativa posible para esos sillones.
Aires de huelga en el viento, pero no a esta huelga organizada por sindicatos vendidos a los poderes públicos, sean del color que sean estos.
Hagamos huelga a la japonesa y volvamos a poner en pie nuestro país, acabemos con la ecomía sumergida, concedamos una amnistía al dinero negro y dejemos que lo blanqueen con nuestro beneplácito, al menos algo quedará en casa, demos facilidades a quienes tienen buenas ideas...
Corren vientos de huelga pero no son vientos cambiantes ni con soluciones, es una pataleta y mañana o pasado cuando se reunan de nuevo con la patronal y firmen, que lo harán, la nueva ley de despido, agacharán la cabeza y las orejas para decir "Amén" a lo que el empresario proponga.
Malos vientos nos toca vivir, veremos en qué y cuándo acaban.
No merece la pena, de acuerdo que estamos en caída libre, como el resto de Europa, diría yo. Ahora queda esperar que no nos echen como la Merkel pretende hacer con unos 15.000 funcionarios alemanes, y eso que la alemana es la economía fuerte, veremos cuanto tardan en echarnos a los demás. Pero allá ellos, no han de olvidar que sus sueldos también dependen de nosotros, y que sus sillones están tambaleándose de nuevo, lastima que no hay alternativa posible para esos sillones.
Aires de huelga en el viento, pero no a esta huelga organizada por sindicatos vendidos a los poderes públicos, sean del color que sean estos.
Hagamos huelga a la japonesa y volvamos a poner en pie nuestro país, acabemos con la ecomía sumergida, concedamos una amnistía al dinero negro y dejemos que lo blanqueen con nuestro beneplácito, al menos algo quedará en casa, demos facilidades a quienes tienen buenas ideas...
Corren vientos de huelga pero no son vientos cambiantes ni con soluciones, es una pataleta y mañana o pasado cuando se reunan de nuevo con la patronal y firmen, que lo harán, la nueva ley de despido, agacharán la cabeza y las orejas para decir "Amén" a lo que el empresario proponga.
Malos vientos nos toca vivir, veremos en qué y cuándo acaban.