erraol

En un pueblo recóndito del Pirineo, había una vez una niña que era hada y ella lo sabía, pasó su infancia entre algodones y poco a poco fue creciendo entre juegos, cantos y risas.

Una vez llegó hasta su pueblo un niño gordito, todo mofletes y muy gracioso, porque pronunciaba la "r" como si fuese una "g" y ella cayó rendida a sus pies, era más pequeño, pero eso no tenía mucha importancia cuando se trata de correr por el monte y descubrir tesoros entre los árboles. Disfrutaban de su mutua compañía bajo la atenta mirada de hermanos mayores y padres, se hicieron grandes amigos y así fueron gozando el día a día, cruzaban mares en barca, un día eran grandes descubridores, otro eran piratas, otro sólo construían imitaciones del castillo en la arena del pantano, otro día eran caballeros del castillo y se morían de miedo cuando el caballo les arrinconaba contra la muralla, pero sobre todo reían y gozaban del aire y del sol. A veces se unía a ellos una hermanita pequeña toda pelirroja con trenzas y pecas a la que yo llamaba Pipi;hoy me consta que abandonó las trenzas por este apodo que yo le impuse.

Pasaron los meses del verano y cuando agosto llegó a su fin y ese fatídico día 31 amaneció en el calendario se despidieron hasta el año próximo. Siempre pasa igual en mi pueblo llega el 31 de agosto y los amigos se van, y hasta yo tengo que irme, de nuevo hay que retomar las tareas y dejar la buena vida del verano para reincorporarse a los estudios o el trabajo.

Al año siguiente cuando de nuevo acabó el cole, el amigo volvió al pueblo y otra vez las aventuras continuaron. Así pasaron los años entre juegos y risas de verano, y crecieron y se hicieron adultos, y seguían con sus risas y cuando tenían 20 años hicieron un pacto, si llegaban a los 36 años, ni uno más ni uno menos, solteros, se casarían y vivirían felicies para siempre. He de decir que nunca compartieron un beso ni una caricia, pero sí muchas risas, aventuras y cariño.

Hoy se ha rememorado el pacto, el hada está felizmente casada, él continua soltero, una pena porque merece encontrar un alma gemela, lo que si puedo decir es que de nuevo este día han vivido nuevas aventuras, han reído mucho y han dejado que el aire evocase otros tiempos. Le ha tomado el pelo con su aparente falta de arte culinario y el hada ha replicado alegremente que no es que carezca de ese arte si no que demuestra su sensatez porque ¿para qué usar una cocinera de 7 pudiendo paladear los guisos de una de 10?.

Es bueno reunirse con los amigos de la infancia, te mantiene con los piés en el suelo y te pone la sonrisa en los labios sólo con volver a verlos.

Gracias por volver de vez en cuando.
erraol

Hoy he vuelto a celebrar una boda y mientras estaba ante mi atril, leyendo la ceremonia me ha venido a la mente "Sacerdotisa del amor", y es que hay veces que así es como me siento, hoy he dicho a los novios, por más que ya debería estar acostumbrada, por más y más bodas que celebro nunca dejo de emocionarme cuando las palabras de amor son dichas desde el corazón.

Y así ha sucedido hoy, los novios superaban los 35, han vivido mucho, ambos lo han reconocido así, pero, se han terminado encontrando. ¿Será verdad lo de las almas gemelas?

Han dicho palabras muy bonitas, palabras que se han dicho una y mil veces pero que no dejan de hormiguearme en el estómago. Ella ha dicho "Tu me has enseñado a amar" y el pobre novio ha roto en lágrimas y tan sólo ha podido decir "Te quiero". Ambos han hablado con el corazón, seguramente ellos no pensarán ni por asomo que han emocionado también a las personas que ahí estábamos reunidas y que éramos ajenos a sus vidas.

Hoy me he sentido Sacerdotisa del amor, llevo muchas bodas en la cartera ya y es la tercera vez que esto me sucede. Felicidades a estos novios pero afortunadamente no les envidio.

Buenas tardes chicas.
erraol

Si por un instante Dios se olvidara

de que soy una marioneta de trapo

y me regalara un trozo de vida,

posiblemente no diría todo lo que pienso,

pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas,

no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más,

entiendo que por cada minuto

que cerramos los ojos,

perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen,

despertaría cuando los demás duermen.

Escucharía cuando los demás hablan,

y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida,

vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol,

dejando descubierto no solamente mi cuerpo sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón,

escribiría mi odio sobre el hielo,

y esperaría que saliera el sol.

Pintaría con un sueño de Van Gogh

sobre las estrellas un poema de Benedetti,

y una canción de Serrat

sería la serenata que le ofrecería a la luna.

Regaría con mis lágrimas las rosas,

para sentir el dolor de sus espinas,

y el encarnado beso de sus pétalos...

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...

No dejaría pasar un solo instante

sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.

Convencería a cada mujer u hombre

que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría

cuán equivocados están al pensar

que dejan de enamorarse cuando envejecen,

sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas,

pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría

que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres...

He aprendido

que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña,

sin saber que la verdadera felicidad

esta en la forma de subir la escarpada.

He aprendido

que cuando un recién nacido aprieta

con su pequeño puño por primera vez

el dedo de su padre,

lo tiene atrapado para siempre.

He aprendido

que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo

cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes,

pero finalmente de mucho no habrán de servir

porque cuando me guarden dentro de esa maleta,

infelizmente me estaré muriendo"
erraol


Nada duele más que el dolor de los hijos, nada duele más que no poder limpiar sus lágrimas y sacarles de un empujón hacia arriba, nada duele más que la impotencia de no poder decir ni hacer nada.

Hace unos días a principios de mes me tocó la lotería, podría perfectamente haber sido mi hija en lugar de su amigo. Podríamos haber sido cualquiera de las otras madres y padres que hoy acompañábamos a los papás de Arturo, hemos tenido más suerte que ellosy creo que todos éramos conscientes de ello, no hemos sido nosotros, daremos gracias por ello, aunque sea una muestra de egoísmo. Pero en este caso ¡bendito egoísmo! y ¡bendito Tú, que has dejado a mi hija aquí conmigo!

Hoy les veía a casi todos ellos despidiendo a su amigo y se me partía el alma. Los C.N.I. siempre tan bullangueros y juerguistas, hoy lloraban impotentes, alguno ha hablado en nombre de todos los demás, gracias por tus palabras Pablo y gracias a todos vosotros por seguir siendo una piña y seguir estando ahí sobre todo en los momentos difíciles.

Que difícil es para una madre ver a su hija con el corazón partido de dolor, te das cuenta de que ya no puedes salvaguardarles de él, que ya no está en tus manos evitar que sufran.

Esta es la verdadera vida chicos, bienvenidos a ella, aunque os aseguro que nos hubiera gustado que permanecieseis más tiempo en la ignorancia del dolor. Sois chicos privilegiados no habéis conocido el verdadero sufrimiento hasta después de adultos, otros niños no tienen vuestra suerte.

Gracias por habernos mandado a esta esquinita del noroeste de Huesca, seguimos siendo seres privilegiados por todo cuanto nos rodea y sobre todo, por todos aquellos que nos acompañan en este paseo que es la vida.
erraol
erraol

Se acabaron las prisas para mí, durante un mes espero no tener que salir corriendo a ninguna parte. Hoy a las tres de la tarde, extraoficialmente, han dado comienzo mis vacaciones, por tanto declaro las prisas prohíbidas.

Prometo durante un mes relajarme y disfrutar del aire libre, el sol, los pajaritos, las nubes, la sierra, los amigos, los hijos de los amigos, mi propia hija, mi marido, mi madre, ¿olvido a alguien?, mi familia en general y pasarlo estupendamente bien.

Prometo no enfadarme, sin causa justificada, y aunque la haya escapar del enfado y la ira. Prometo disfrutar el 21 de agosto hasta el límite de mis fuerzas.

Prometo reir mucho y llorar en su justa medida, porque una es llorica y sensiblera no lo puedo evitar y alguna lagrimilla saldrá.

Prometo dar largas caminatas con las amigas, cantando mentalmente el himno de la legión (es mi secreto para llevar un paso rápido) o escuchando música rapidita, pero si escucho músico no oigo lo que dicen las amigas, así que aparcaré el ipod.

No comer refollau por más que N. me tiente con el cortadito, tomaré un sólo café por día, porque hoy ya llevo tres, miento, cuatro, así que sólo uno, seguiré con mis fresh sin alcohol y algún riojita y somontano que otro...

Resumiendo que voy a procurar disfrutar al máximo y reponer fuerzas que para eso julio no existió.

(Chicas y chico, siento mucho no haber tenido tiempo ayer de despedirme en el trabajo, tuve que salir pitando al autobús, que paséis un buen mes, y conservéis el moreno y sobre todo reir mucho en mi ausencia yo procuraré escribir aquí para que sepais de mí).

Buenas tardes chic@s
erraol
En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz.

Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada.

Por todo lo cual era muy admirada.

-Es tan hermoso como una veleta -observó uno de los miembros del Concejo que deseaba granjearse una reputación de conocedor en el arte-. Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo que le tomaran por un hombre poco práctico.

Y realmente no lo era.

-¿Por qué no eres como el Príncipe Feliz? -preguntaba una madre cariñosa a su hijito, que pedía la luna-. El Príncipe Feliz no hubiera pensado nunca en pedir nada a voz en grito.

-Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es completamente feliz -murmuraba un hombre fracasado, contemplando la estatua maravillosa.

-Verdaderamente parece un ángel -decían los niños hospicianos al salir de la catedral, vestidos con sus soberbias capas escarlatas y sus bonitas chaquetas blancas.

-¿En qué lo conocéis -replicaba el profesor de matemáticas- si no habéis visto uno nunca?

-¡Oh! Los hemos visto en sueños -respondieron los niños.

Y el profesor de matemáticas fruncía las cejas, adoptando un severo aspecto, porque no podía aprobar que unos niños se permitiesen soñar.

Una noche voló una golondrinita sin descanso hacia la ciudad.

Seis semanas antes habían partido sus amigas para Egipto; pero ella se quedó atrás.

Estaba enamorada del más hermoso de los juncos. Lo encontró al comienzo de la primavera, cuando volaba sobre el río persiguiendo a una gran mariposa amarilla, y su talle esbelto la atrajo de tal modo, que se detuvo para hablarle.

-¿Quieres que te ame? -dijo la Golondrina, que no se andaba nunca con rodeos.

Y el Junco le hizo un profundo saludo.

Entonces la Golondrina revoloteó a su alrededor rozando el agua con sus alas y trazando estelas de plata.

Era su manera de hacer la corte. Y así transcurrió todo el verano.

-Es un enamoramiento ridículo -gorjeaban las otras golondrinas-. Ese Junco es un pobretón y tiene realmente demasiada familia.

Y en efecto, el río estaba todo cubierto de juncos.

Cuando llegó el otoño, todas las golondrinas emprendieron el vuelo.

Una vez que se fueron sus amigas, sintióse muy sola y empezó a cansarse de su amante.

-No sabe hablar -decía ella-. Y además temo que sea inconstante porque coquetea sin cesar con la brisa.

Y realmente, cuantas veces soplaba la brisa, el Junco multiplicaba sus más graciosas reverencias.

-Veo que es muy casero -murmuraba la Golondrina-. A mí me gustan los viajes. Por lo tanto, al que me ame, le debe gustar viajar conmigo.

-¿Quieres seguirme? -preguntó por último la Golondrina al Junco.

Pero el Junco movió la cabeza. Estaba demasiado atado a su hogar.

-¡Te has burlado de mí! -le gritó la Golondrina-. Me marcho a las Pirámides. ¡Adiós!

Y la Golondrina se fue.

Voló durante todo el día y al caer la noche llegó a la ciudad.

-¿Dónde buscaré un abrigo? -se dijo-. Supongo que la ciudad habrá hecho preparativos para recibirme.

Entonces divisó la estatua sobre la columnita.

-Voy a cobijarme allí -gritó- El sitio es bonito. Hay mucho aire fresco.

Y se dejó caer precisamente entre los pies del Príncipe Feliz.

-Tengo una habitación dorada -se dijo quedamente, después de mirar en torno suyo.

Y se dispuso a dormir.

Pero al ir a colocar su cabeza bajo el ala, he aquí que le cayó encima una pesada gota de agua.

-¡Qué curioso! -exclamó-. No hay una sola nube en el cielo, las estrellas están claras y brillantes, ¡y sin embargo llueve! El clima del norte de Europa es verdaderamente extraño. Al Junco le gustaba la lluvia; pero en él era puro egoísmo.

Entonces cayó una nueva gota.

-¿Para qué sirve una estatua si no resguarda de la lluvia? -dijo la Golondrina-. Voy a buscar un buen copete de chimenea.

Y se dispuso a volar más lejos. Pero antes de que abriese las alas, cayó una tercera gota.

La Golondrina miró hacia arriba y vio... ¡Ah, lo que vio!

Los ojos del Príncipe Feliz estaban arrasados de lágrimas, que corrían sobre sus mejillas de oro.

Su faz era tan bella a la luz de la luna, que la Golondrinita sintióse llena de piedad.

-¿Quién sois? -dijo.

-Soy el Príncipe Feliz.

-Entonces, ¿por qué lloriqueáis de ese modo? -preguntó la Golondrina-. Me habéis empapado casi.

-Cuando estaba yo vivo y tenía un corazón de hombre -repitió la estatua-, no sabía lo que eran las lágrimas porque vivía en el Palacio de la Despreocupación, en el que no se permite la entrada al dolor. Durante el día jugaba con mis compañeros en el jardín y por la noche bailaba en el gran salón. Alrededor del jardín se alzaba una muralla altísima, pero nunca me preocupó lo que había detrás de ella, pues todo cuanto me rodeaba era hermosísimo. Mis cortesanos me llamaban el Príncipe Feliz y, realmente, era yo feliz, si es que el placer es la felicidad. Así viví y así morí y ahora que estoy muerto me han elevado tanto, que puedo ver todas las fealdades y todas las miserias de mi ciudad, y aunque mi corazón sea de plomo, no me queda más recurso que llorar.

«¡Cómo! ¿No es de oro de buena ley?», pensó la Golondrina para sus adentros, pues estaba demasiado bien educada para hacer ninguna observación en voz alta sobre las personas.

-Allí abajo -continuó la estatua con su voz baja y musical-, allí abajo, en una callejuela, hay una pobre vivienda. Una de sus ventanas está abierta y por ella puedo ver a una mujer sentada ante una mesa. Su rostro está enflaquecido y ajado. Tiene las manos hinchadas y enrojecidas, llenas de pinchazos de la aguja, porque es costurera. Borda pasionarias sobre un vestido de raso que debe lucir, en el próximo baile de corte, la más bella de las damas de honor de la Reina. Sobre un lecho, en el rincón del cuarto, yace su hijito enfermo. Tiene fiebre y pide naranjas. Su madre no puede darle más que agua del río. Por eso llora. Golondrina, Golondrinita, ¿no quieres llevarle el rubí del puño de mi espada? Mis pies están sujetos al pedestal, y no me puedo mover.

-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mis amigas revolotean de aquí para allá sobre el Nilo y charlan con los grandes lotos. Pronto irán a dormir al sepulcro del Gran Rey. El mismo Rey está allí en su caja de madera, envuelto en una tela amarilla y embalsamado con sustancias aromáticas. Tiene una cadena de jade verde pálido alrededor del cuello y sus manos son como unas hojas secas.

-Golondrina, Golondrina, Golondrinita - dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás conmigo una noche y serás mi mensajera? ¡Tiene tanta sed el niño y tanta tristeza la madre!

-No creo que me agraden los niños -contestó la Golondrina-. El invierno último, cuando vivía yo a orillas del río, dos muchachos mal educados, los hijos del molinero, no paraban un momento en tirarme piedras. Claro es que no me alcanzaban. Nosotras las golondrinas volamos demasiado bien para eso y además yo pertenezco a una familia célebre por su agilidad; mas, a pesar de todo, era una falta de respeto.

Pero la mirada del Príncipe Feliz era tan triste que la Golondrinita se quedó apenada.

-Mucho frío hace aquí -le dijo-; pero me quedaré una noche con vos y seré vuestra mensajera.

-Gracias, Golondrinita -respondió el Príncipe.

Entonces la Golondrinita arrancó el gran rubí de la espada del Príncipe y, llevándolo en el pico, voló sobre los tejados de la ciudad.

Pasó sobre la torre de la catedral, donde había unos ángeles esculpidos en mármol blanco.

Pasó sobre el palacio real y oyó la música de baile.

Una bella muchacha apareció en el balcón con su novio.

-¡Qué hermosas son las estrellas -la dijo- y qué poderosa es la fuerza del amor!

-Querría que mi vestido estuviese acabado para el baile oficial -respondió ella-. He mandado bordar en él unas pasionarias ¡pero son tan perezosas las costureras!

Pasó sobre el río y vio los fanales colgados en los mástiles de los barcos. Pasó sobre el gueto y vio a los judíos viejos negociando entre ellos y pesando monedas en balanzas de cobre.

Al fin llegó a la pobre vivienda y echó un vistazo dentro. El niño se agitaba febrilmente en su camita y su madre habíase quedado dormida de cansancio.

La Golondrina saltó a la habitación y puso el gran rubí en la mesa, sobre el dedal de la costurera. Luego revoloteó suavemente alrededor del lecho, abanicando con sus alas la cara del niño.

-¡Qué fresco más dulce siento! -murmuró el niño-. Debo estar mejor.

Y cayó en un delicioso sueño.

Entonces la Golondrina se dirigió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz y le contó lo que había hecho.

-Es curioso -observa ella-, pero ahora casi siento calor, y sin embargo, hace mucho frío.

Y la Golondrinita empezó a reflexionar y entonces se durmió. Cuantas veces reflexionaba se dormía.

Al despuntar el alba voló hacia el río y tomó un baño.

-¡Notable fenómeno! -exclamó el profesor de ornitología que pasaba por el puente-. ¡Una golondrina en invierno!

Y escribió sobre aquel tema una larga carta a un periódico local.

Todo el mundo la citó. ¡Estaba plagada de palabras que no se podían comprender!...

-Esta noche parto para Egipto -se decía la Golondrina.

Y sólo de pensarlo se ponía muy alegre.

Visitó todos los monumentos públicos y descansó un gran rato sobre la punta del campanario de la iglesia.

Por todas parte adonde iba piaban los gorriones, diciéndose unos a otros:

-¡Qué extranjera más distinguida!

Y esto la llenaba de gozo. Al salir la luna volvió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz.

-¿Tenéis algún encargo para Egipto? -le gritó-. Voy a emprender la marcha.

-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás otra noche conmigo?

-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mañana mis amigas volarán hacia la segunda catarata. Allí el hipopótamo se acuesta entre los juncos y el dios Memnón se alza sobre un gran trono de granito. Acecha a las estrellas durante la noche y cuando brilla Venus, lanza un grito de alegría y luego calla. A mediodía, los rojizos leones bajan a beber a la orilla del río. Sus ojos son verdes aguamarinas y sus rugidos más atronadores que los rugidos de la catarata.

-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, allá abajo, al otro lado de la ciudad, veo a un joven en una buhardilla. Está inclinado sobre una mesa cubierta de papeles y en un vaso a su lado hay un ramo de violetas marchitas. Su pelo es negro y rizoso y sus labios rojos como granos de granada. Tiene unos grandes ojos soñadores. Se esfuerza en terminar una obra para el director del teatro, pero siente demasiado frío para escribir más. No hay fuego ninguno en el aposento y el hambre le ha rendido.

-Me quedaré otra noche con vos -dijo la Golondrina, que tenía realmente buen corazón-. ¿Debo llevarle otro rubí?

-¡Ay! No tengo más rubíes -dijo el Príncipe-. Mis ojos es lo único que me queda. Son unos zafiros extraordinarios traídos de la India hace un millar de años. Arranca uno de ellos y llévaselo. Lo venderá a un joyero, se comprará alimento y combustible y concluirá su obra.

-Amado Príncipe -dijo la Golondrina-, no puedo hacer eso.

Y se puso a llorar.

-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te pido.

Entonces la Golondrina arrancó el ojo del Príncipe y voló hacia la buhardilla del estudiante. Era fácil penetrar en ella porque había un agujero en el techo. La Golondrina entró por él como una flecha y se encontró en la habitación.

El joven tenía la cabeza hundida en las manos. No oyó el aleteo del pájaro y cuando levantó la cabeza, vio el hermoso zafiro colocado sobre las violetas marchitas.

-Empiezo a ser estimado -exclamó-. Esto proviene de algún rico admirador. Ahora ya puedo terminar la obra.

Y parecía completamente feliz.

Al día siguiente la Golondrina voló hacia el puerto.

Descansó sobre el mástil de un gran navío y contempló a los marineros que sacaban enormes cajas de la cala tirando de unos cabos.

-¡Ah, iza! -gritaban a cada caja que llegaba al puente.

-¡Me voy a Egipto! -les gritó la Golondrina.

Pero nadie le hizo caso, y al salir la luna, volvió hacia el Príncipe Feliz.

-He venido para deciros adiós -le dijo.

-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -exclamó el Príncipe-. ¿No te quedarás conmigo una noche más?

-Es invierno -replicó la Golondrina- y pronto estará aquí la nieve glacial. En Egipto calienta el sol sobre las palmeras verdes. Los cocodrilos, acostados en el barro, miran perezosamente a los árboles, a orillas del río. Mis compañeras construyen nidos en el templo de Baalbeck. Las palomas rosadas y blancas las siguen con los ojos y se arrullan. Amado Príncipe, tengo que dejaros, pero no os olvidaré nunca y la primavera próxima os traeré de allá dos bellas piedras preciosas con que sustituir las que disteis. El rubí será más rojo que una rosa roja y el zafiro será tan azul como el océano.

-Allá abajo, en la plazoleta -contestó el Príncipe Feliz-, tiene su puesto una niña vendedora de cerillas. Se le han caído las cerillas al arroyo, estropeándose todas. Su padre le pegará si no lleva algún dinero a casa, y está llorando. No tiene ni medias ni zapatos y lleva la cabecita al descubierto. Arráncame el otro ojo, dáselo y su padre no le pegará.

-Pasaré otra noche con vos -dijo la Golondrina-, pero no puedo arrancaros el ojo porque entonces os quedaríais ciego del todo.

-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te mando.

Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe y emprendió el vuelo llevándoselo.

Se posó sobre el hombro de la vendedorcita de cerillas y deslizó la joya en la palma de su mano.

-¡Qué bonito pedazo de cristal! -exclamó la niña, y corrió a su casa muy alegre.

Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe.

- Ahora estáis ciego. Por eso me quedaré con vos para siempre.

-No, Golondrinita -dijo el pobre Príncipe-. Tienes que ir a Egipto.

-Me quedaré con vos para siempre -dijo la Golondrina.

Y se durmió entre los pies del Príncipe. Al día siguiente se colocó sobre el hombro del Príncipe y le refirió lo que habla visto en países extraños.

Le habló de los ibis rojos que se sitúan en largas filas a orillas del Nilo y pescan a picotazos peces de oro; de la esfinge, que es tan vieja como el mundo, vive en el desierto y lo sabe todo; de los mercaderes que caminan lentamente junto a sus camellos, pasando las cuentas de unos rosarios de ámbar en sus manos; del rey de las montañas de la Luna, que es negro como el ébano y que adora un gran bloque de cristal; de la gran serpiente verde que duerme en una palmera y a la cual están encargados de alimentar con pastelitos de miel veinte sacerdotes; y de los pigmeos que navegan por un gran lago sobre anchas hojas aplastadas y están siempre en guerra con las mariposas.

-Querida Golondrinita -dijo el Príncipe-, me cuentas cosas maravillosas, pero más maravilloso aún es lo que soportan los hombres y las mujeres. No hay misterio más grande que la miseria. Vuela por mi ciudad, Golondrinita, y dime lo que veas.

Entonces la Golondrinita voló por la gran ciudad y vio a los ricos que se festejaban en sus magníficos palacios, mientras los mendigos estaban sentados a sus puertas.

Voló por los barrios sombríos y vio las pálidas caras de los niños que se morían de hambre, mirando con apatía las calles negras.

Bajo los arcos de un puente estaban acostados dos niñitos abrazados uno a otro para calentarse.

-¡Qué hambre tenemos! -decían.

-¡No se puede estar tumbado aquí! -les gritó un guardia.

Y se alejaron bajo la lluvia.

Entonces la Golondrina reanudó su vuelo y fue a contar al Príncipe lo que había visto.

-Estoy cubierto de oro fino -dijo el Príncipe-; despréndelo hoja por hoja y dáselo a mis pobres. Los hombres creen siempre que el oro puede hacerlos felices.

Hoja por hoja arrancó la Golondrina el oro fino hasta que el Príncipe Feliz se quedó sin brillo ni belleza.

Hoja por hoja lo distribuyó entre los pobres, y las caritas de los niños se tornaron nuevamente sonrosadas y rieron y jugaron por la calle.

-¡Ya tenemos pan! -gritaban.

Entonces llegó la nieve y después de la nieve el hielo.

Las calles parecían empedradas de plata por lo que brillaban y relucían.

Largos carámbanos, semejantes a puñales de cristal, pendían de los tejados de las casas. Todo el mundo se cubría de pieles y los niños llevaban gorritos rojos y patinaban sobre el hielo.

La pobre Golondrina tenía frío, cada vez más frío, pero no quería abandonar al Príncipe: le amaba demasiado para hacerlo.

Picoteaba las migas a la puerta del panadero cuando éste no la veía, e intentaba calentarse batiendo las alas.

Pero, al fin, sintió que iba a morir. No tuvo fuerzas más que para volar una vez más sobre el hombro del Príncipe.

-¡Adiós, amado Príncipe! -murmuró-. Permitid que os bese la mano.

-Me da mucha alegría que partas por fin para Egipto, Golondrina -dijo el Príncipe-. Has permanecido aquí demasiado tiempo. Pero tienes que besarme en los labios porque te amo.

-No es a Egipto adonde voy a ir -dijo la Golondrina-. Voy a ir a la morada de la Muerte. La Muerte es hermana del Sueño, ¿verdad?

Y besando al Príncipe Feliz en los labios, cayó muerta a sus pies.

En el mismo instante sonó un extraño crujido en el interior de la estatua, como si se hubiera roto algo.

El hecho es que la coraza de plomo se habla partido en dos. Realmente hacia un frío terrible.

A la mañana siguiente, muy temprano, el alcalde se paseaba por la plazoleta con dos concejales de la ciudad.

Al pasar junto al pedestal, levantó sus ojos hacia la estatua.

-¡Dios mío! -exclamó-. ¡Qué andrajoso parece el Príncipe Feliz!

-¡Sí, está verdaderamente andrajoso! -dijeron los concejales de la ciudad, que eran siempre de la opinión del alcalde.

Y levantaron ellos mismos la cabeza para mirar la estatua.

-El rubí de su espada se ha caído y ya no tiene ojos, ni es dorado -dijo el alcalde- En resumidas cuentas, que está lo mismo que un pordiosero.

-¡Lo mismo que un pordiosero! -repitieron a coro los concejales.

-Y tiene a sus pies un pájaro muerto -prosiguió el alcalde-. Realmente habrá que promulgar un bando prohibiendo a los pájaros que mueran aquí.

Y el secretario del Ayuntamiento tomó nota para aquella idea.

Entonces fue derribada la estatua del Príncipe Feliz.

-¡Al no ser ya bello, de nada sirve! -dijo el profesor de estética de la Universidad.

Entonces fundieron la estatua en un horno y el alcalde reunió al Concejo en sesión para decidir lo que debía hacerse con el metal.

-Podríamos -propuso- hacer otra estatua. La mía, por ejemplo.

-O la mía -dijo cada uno de los concejales.

Y acabaron disputando.

-¡Qué cosa más rara! -dijo el oficial primero de la fundición-. Este corazón de plomo no quiere fundirse en el horno; habrá que tirarlo como desecho.

Los fundidores lo arrojaron al montón de basura en que yacía la golondrina muerta.

-Tráeme las dos cosas más preciosas de la ciudad -dijo Dios a uno de sus ángeles.

Y el ángel se llevó el corazón de plomo y el pájaro muerto.

-Has elegido bien -dijo Dios-. En mi jardín del Paraíso este pajarillo cantará eternamente, y en mi ciudad de oro el Príncipe Feliz repetirá mis alabanzas.

Sacado de Ciudad Seva
erraol

Hay veces que me gustaría volver a la infancia y a esos momentos que compartía con los abuelos y este cuadro lo define perfectamente.

Tengo en mi mente una imagen en la era, viendo a mi abuelo y mi tío separando el grano de la paja, osea, trillando, mi abuelo subido sobre el trillo y mi tío volteando la mies con una pala de madera que parecía muy suave, brillante; yo estaba sentada, en la sombra, bajo una encina jugando con las piedras y un movimiento diferente me llamó la atención, en una gran piedra al sol había una culebra mudando la piel, recuerdo que pasé rato mirando, y supongo que el silencio y la paz es lo que alertó a mi tío que vino corriendo en cuanto se percató de que es lo que estaba haciendo, rápidamente me apartó de allí y me dijo que a las culebras hay que dejarlas tranquilas, que si no las molestas ellas te dejan en paz.

Ya falta poco para las vacaciones, ahora ya no se trilla en la era, cuando yo llegue de vacaciones la miés ya está vendida, los precios este año han subido, seguro que los labradores estarán contentos.

Me duele la cabeza y no tengo ganas de hacer nada, pero la realidad ha de superar a la comodidad y hay que volver al trabajo.

Buenos días chicas.
erraol

Las amigas son esos extraños seres que vamos encontrando por el camino, porque cambian, como todo en la vida, y te sorprenden siempre. Son esos seres en los que encuentras apoyo incondicional, que te ayudan a superar momentos de crisis en los que crees que el mundo te cae encima y te demuestran que no es así, y además la mayoría de las veces te ayudan a dar la vuelta a la situación y a ver las cosas de otra manera.

Las amigas son esos seres incondicionales a los que tu has dado el poder de meterse directamente en tu vida, así que cuando ellas te dicen a la cara algo que no te gusta oír, lo suyo es que agaches la cabeza y asientas, porque seguramente tienen razón.

Las amigas son esos seres que te llaman por teléfono a cualquier hora del día y hacen que media hora después tu oreja esté quemando y el móvil eche humo.

Las amigas son esos seres sin los que no podrías vivir, aquellas a las que llamas a cualquier hora para decirle que has encontrado unos zapatos monísimos pero que no tienes dinero para comprarte, o que has visto a un moreno que quita el sentido o un rubio según el caso y que se empeñan en salvarte de sus garras porque creen que tu mereces algo mejor.

Las amigas no crecen de los árboles ni tan siquiera caen de las nubes, son unos seres a los que a lo largo de la vida hay que ir encontrando en el camino y discernir de cuales van a ser las verdaderas y cuales no.

Las amigas son esos seres a los que tu has dado el derecho de inmiscuirse en tu vida y a los que de vez en cuando mandas a pastar al campo porque aciertan en lo que te han dicho y tú no quieres que sea cierto lo que ellas dicen.

Las amigas son esos entes que tienen el deber de informarte acerca de los acontecimientos de la vida que te pueden afectar directa o indirectamente e incluso han de informarte de los que no te afectan en absoluto.

Las amigas son esos entes sin los que no puedes vivir, porque ¿dónde está la gracia en que te suceda algo si no puedes contarlo a tu amiga?

Por eso cuando las amigas te dicen que has de ir a algún sitio, aunque no te guste tú has de aceptarlo porque seguramente tienen razón y siempre, siempre, buscan lo mejor para tí. Estamos hablando de las mejores amigas, de esas que te dan un abrazo de oso, las amigas también damos abrazos de oso, cuando lo necesitas, de la que te orienta sobre que vestido comprarte y que bolso va a juevo con que zapatos. A esas que siempre puedes llamar a cualquier hora de la noche, esas a las que dejas a tus hijos cuando realmente necesitas un tiempo a solas con tu marido, o viceversa ,te dejan a su bebé de tres añitos que luego llega a casa diciendo que su tita no le entiende y encima ya no se come tus yogures pero sigues queriéndolo y achuchándolo igualmente,esas que tú sabes que no te fallan y que si lo hacen será por aquello de que errar es de humanos.

Por eso nunca hay que enfadarse más de dos minutos con las amigas, sólo lo justo para que venga y te de un achuchón para demostrarte que aunque no tengas la razón sigue estando a tu lado y te quiere igualmente.

Un beso fuerte y un abrazo a mis amigas, no hay muchas pero sí las suficientes.

Olvidaba decir que las verdaderas amigas siempre quieren lo mejor para nosotras porque están por encima de segundas intenciones y de ambiciones veladas. Las verdaderas amigas SÓLO dan y piden amor, nada más, huye de aquellas que pidan otras cosas, bueno los libros si se pueden prestar.

Buenos días chicas.

Y ahor voy a encender una vela con doble intención.
erraol

La verdad es que el chiste no tiene nada que ver, pero a lo mejor algun@ se reconoce en él, bueno pues hemos vuelto a la rutina, estamos todos trabajando juntos y en perfecto estado de felicidad, si tenemos en cuenta que pasamos más tiempo juntos que con nuestras familias, hay que cultivar el buen ambiente en el trabajo y nosotr@s, para quien no lo sepa ahora somos @ no solo a, así procuramos hacerlo, y como es verano y hay menos trabajo pasamos más rato riendo o al menos procuramos que sean ratos de risas.

La mañana transcurría lenta y apacible hasta que una de las rubias, aquí casi todas son rubias, la más joven de ellas, ha comentado que su amiga P había pasado toooooooooodo el camino a la playa en compañía de su padre, que entiendo era el dueño del vehículo y de la música, pcon un CD de A. Molina, que no es que tenga yo nada en contra de este buen hombre, bien al contrario reconozco que fue un buen cantaor y he escuchado alguna que otra canción suya, pero claro una cosa es escucharlo cuando tu quieres y de vez en cuando y otra cosa es bajar a Peñiscola, que como poco son dos horas y media de viaje, acompañada de " le llamaban Juan Simón", para quienes no conozcan la canción va de un expreso que cuenta como a su amada, que muere por su culpa, la entierra su padre que es enterrador.

Hasta aquí no habría dejado de ser una mera anécdota divertida, si la rubia en cuestión no hubiera dicho que no conocía la canción, rápida cual centella la rubia mayor ha buscado la letra de la canción y ha hecho una copia para cada una y ahí me ves a mí en la trituradora, al otro intentando trabajar y las otras cantando a coro con el youtube la canción en cuestión, en estas que llega el celador y le dice la rubia pequeña ¿quieres una partitura y cantas con nosotras? .

Y en esas estamos, ji, ji, ja,ja, veremos como termina la cosa.

Buenos días chic@s, ya se sabe que después del llanto viene la risa, y bendita sea esta.
erraol


Lo que había sido una noche estupenda de fiesta y concierto terminó en la mañana con una tristeza inmensa, el anuncio de la campaña de prevención de accidentes se había cumplido y lo que pensabas que nunca iba a volve a pasar cerca de tí de nuevo sucedía.

Llevo días rumiando y vuelta a rumiar ¿ y si hubiera sido en mi casa?, ¿y si fuese yo?. No hace mucho comentábamos mi marido y yo la importancia de dejar en el móvil la indicación de "avisar a...", le comenté que yo la lo tenía así, estoy por borrarlo y dejarlo sin que puedan avisar a nadie y que tengan unos momentos más de felicidad y tranquilidad si llega el caso. No quiero ni pensar que lo que estos amigos están pasando, si me estuviese pasando a mí, ¿me moriría? seguramente lo desaría pero es lo malo de tener un corazón fuerte que no obedece a tus deseos. ¿Cómo se puede volve a afrontar la vida después de un palo así? ¿Realmente hay algo peor que perder a tu hijo? da igual que tengas más de uno, cada uno ocupa su lugar, recuerdo que hace muchos años una familiar me comentaba esto, y la creí.

Este verano no es verano, hace frío, porque el 1 de agosto el frío se instauró en nuestros corazones, y allí en Palma se quedó un trocito del nuestro. Vuelven las lágrimas.

¡Cuántas decisiones hay que tomar rápidamente!, no hay tiempo para pensar, no se si esto es bueno o es malo.

Y yo sigo preguntándome ¿cómo se vuelve a vivir? No tengo respuesta y espero no conocerla nunca y también espero que mi familia no encuentre la respuesta.

¿Cómo se puede afrontar que cuando todo de viene de cara y tus hijos están críados y bien encaminados la vida te de este mazazo?


Ayer cuando leía los mensajes que había en su página del fb, pensaba, no podrá leerlos, yo tampoco pude, no llegué ni al tercero, luego pensé también, sus padres no tendrán acceso a su correo, ¿ y cuántas parcelas de la vida de los hijos no conocemos? ¿Estaría enamorado?, esa noche ¿habría conocido a alguien interesante? ¿habría disfrutado con sus amigos?... Tantas preguntas y ninguna respuesta, ya no habrá ninguna respuesta.

Traemos al mundo a nuestros hijos con toda la ilusión, les mimamos, enseñamos a vivir, cuidamos, velamos por ellos, les consolamos cuando lloran, les contamos cuentos para ayudarles a dormir, les enseñamos a correr, a montar en bici,..., les damos lo mejor de nosotros y cuando ya están listos los lanzamos al mundo y el destino nos devuelve una llamada telefónica en medio de la madrugada.

Este año no hay verano, sólo hay frio en el corazón.

(Arturo mientras exista un recuerdo tuyo seguirás a nuestro lado)
erraol


Poema sin nombre

He de amoldarme a ti como el río a su cauce,
como el mar a su playa, como la espada a su vaina.
He de correr en ti,
he de cantar en ti,
he de guardarme en ti ya para siempre.
Fuera de ti ha de sobrarme el mundo

como le sobra al río el aire, al mar la tierra,
a la espada la mesa del convite.
Dentro de ti no ha de faltarme
blandura de limo para mi corriente,
perfil de viento para mis olas,
ceñidura y reposo para mi acero.
Dentro de ti está todo; fuera de ti no hay nada.
Todo lo que eres tú está en su puesto;
todo lo que no seas tú me ha de ser vano.
En ti quepo, estoy hecha a tu medida;
pero si fuera en mí donde algo falta, me crezco...
Si fuera en mí donde algo sobra, lo corto.


Dulce María Loynaz

erraol


Deseo

Que la vida no vaya más allá de tus brazos.
Que yo pueda caber con mi verso en tus brazos,
que tus brazos me ciñan entera y temblorosa
sin que afuera se queden ni mi sol ni mi sombra.
Que me sean tus brazos horizonte y camino,
camino breve, y único horizonte de carne;
que la vida no vaya más allá... ¡Que la muerte
se parezca a esta muerte caliente de tus brazos!...


Dulde María Loynaz


erraol


LUNES...

Llego a casa nervioso y excitado.
Hoy voy a poner en práctica mi plan para sorprender a cuchicuchi y pasar una noche de sexo animal.
He decidido depilarme pubis y testículos y quedarme suave como un Cd virgen, a ver si se anima la cosa matrimonial, que últimamente anda de capa caída.

Como no tengo ni idea de cómo hacer esto, pregunto a una amiga de un foro aprovechando que veo en una foto suya que ella también se rasura.

Leo y apunto sus consejos:
Primero rapar con máquina de cortar el pelo
- Utilizar espuma o gel
- Pasar maquinilla, nunca a contrapelo
- Luego echarse crema hidratante.

No puede ser tan difícil. Todas las tías de las fotos llevan el chochete como la pantalla del PC.

Llego a casa y manos a la obra.
Primero la maquina del cortar el pelo.
Esto es fácil. Intento pensar en el Fary manteniendo relaciones homosexuales con TinkyWinky porque el cosquilleo de la maquinilla en las pelotas me está poniendo cachondo, y como me lie...

Acabo el primer rasurado con la máquina. Coño, cómo mola, ahora llevo el mismo corte en la cabeza, en la perilla y en la polla. Soy capicúa.

Vamos con la espuma. Esto también tiene su gracia. Vuelta a pensar en el Fary y TinkyWinky. Con la espuma, mi pito parece un Papá Noel...
Hago el bobo delante del espejo "¡Aaaaahhhhh!, un pene rabioso, ¡aaaaahhh!".

Bueno, al grano que te me distraes. Cojo la cuchilla de afeitar. Se van a cagar, es la Guillete Mach3 Turbo TDI 16v. Esto corta más que la sierra de Viernes 13. Grácilmente levanto mi escroto para tener mejor visión.

Primera duda:
- Vale, hazlo en el sentido del pelo. ¡Coño!... ¿Cuál es el sentido del pelo en un cojón?.
Cagada!!, yo tengo el huevo redondo (¿qué raro, no?), los pelillos no parecen tener un "sentido". Simplemente, salen de punta. Bueno, pues entonces dará igual.

Voy pasando la maquinilla con cuidado, aunque no evito darme un pellizquito. Miro a ver si por el corte que me acabo de hacer en el huevo asoma el pollito. No, ha habido suerte. No asoma ni un esperma.

Lo he pasado mal cuando he llegado a la zona que linda con el ojo de Sauron, casi atrás, pero la cosa no ha ido mal. Ataco el otro huevo, más de lo mismo, como en el chiste :

Manolo, ¿sabes que tengo abilismo?
No jodas, ¿y eso qué es?
Un huevo grande y el otro lo mismo

Voy a atacar los muslos, ahí casi no tengo vello, excepto en la zona más próxima a la bolsa escrotal. Sin problemas. Queda tan suave como las nalgas de una quinceañera patinadora.

Toca la parte superior, que afeito sin problemas. Bidé y agua caliente... parece que noto algo de escozor por algunos puntos. Serán cortecitos. Me miro al espejo.

Joder, qué impresión. Parece que vuelvo a tener 10 años. No, no lo digo por el tamaño del pene, lo digo por la calva joder.

Pero algo va mal. Observo grandes deficiencias. Veo las piernas peludas y, llegando a los muslos, de repente, una calva. Los mismo sucede en la panza, baja un canalillo de pelos desde el ombligo y al llegar al paquete...¡zas!.
Parece los montes de Chernobyl. Y por detrás es aún peor. ¿Cómo voy a llevar un culo peludo y que al girarme parezca que ha llegado el otoño?. Queda de pena.

Calma, que no cunda el pánico. Aún quedan 2 horas para que llegue cuchicuchi.
Tengo tiempo, espuma, cuchillas y pulso de cirujano (con cirrosis, eso sí). No queda otro remedio.

Primero el culo. ¿Alguien se ha depilado el culo sólo?. Mientras lo hago siento que soy el primero en intentarlo. Me retuerzo hasta que me cruje el espinazo para poder verme. No llego a verme el culo y empiezo a afeitar sin ver.

Mierda!... ¡se me olvidó pasarme la máquina del pelo primero!. Ya da igual. Llego a la zona del ano. No veo nada.

Cojo un espejo de mano de cuchicuchi, el que utiliza para depilarse las cejas y esas cosas. Me pongo en la cama como una mujer en el paritorio.
Con el espejo de la pared y el de mano hago posturas hasta que me veo el culo.
¡Coño!.. tanto tiempo juntos y apenas nos conocíamos.

Un par de minutos y cortecitos después, y a base de pasarme la mano por el "lomo", dejo de notar pelos. ¡Culo depilado!. Después de eso, las piernas no tienen dificultad. El torso lo hago leyendo el Hola. Joder con el Rey, cómo se lo ha pasado en la visita a Marruecos.

Bueno, pues dos cuchillas y medio bote de espuma después.. ¡no me reconozco!. Coño, hasta parezco un deportista. ¡Qué fresquito se nota!...

el aire hace cosquillitas por zonas que antes estaban abrigadas. No sé si ponerme trocitos de papel en los cortecillos, como hago con la barba.

Decido que mejor no, no vaya a verme mi mujer y me suelte "¡anda!, ¡qué disfraz de momia más guapo!".

Una duchita para eliminar todos los pelillos y resto de espuma, con la maquinilla voy repasando algún despistado. Esto me gusta, me siento limpito, no sé, como más higiénico sin tanto pelacho.

Queda el paso de la crema hidratante. Vamos allá. Busco entre los potingues de cuchicuchi. Hay cosas rarísimas. Por un momento dudo... ¿no estaré buscando entre sus cosas de restauración de muebles?. Leo "lifting",
"reafirmante", "Anti-age"... ¡esta!... "Leche desmaquilladora hidratante".

Justo lo que busco. Espero que me dé para todo el cuerpo.

Empiezo a untarme en el mismo orden que me he afeitado. Joder, pues será todo lo hidratante que quieras, pero pica como su puta madre.

Voy untando crema mientras todo me va escociendo. Joder, joder. Ahora entiendo cuando las tías dicen que lo pasan mal con la depilación.

Cuando termino parezco una anchoa en lata. Tengo que sujetarme a la cama porque pego un resbalón en la tarima flotante.

Me escuece todo el cuerpo. Parece que tengo un hormiguero cabreado en los huevos.

Me visto y me voy a sacar al perro, a ver si se va calmando la
cosa. Horrible. Cualquiera que me vea pensará que tengo una batería de coche enchufada a las pelotas. Voy como si me soltaran descargas.

Escuece todo, pica que rabia. Algo pasa. Llego a casa y me desnudo.
¡Otias!... ¡estoy más rojo que Llamazares!. Uhhhhh, que la he cagado, que la he cagadooooo. Pero si yo he seguido las instrucciones de la Paty.
¿Será que las tías tienen el chirri más resistente?.

Decido volver a ducharme con agua fría y la cosa se calma, pero donde me rozo me pica un huevo (nunca mejor dicho).

Aguanto como un campeón a que vuelva cuchicuchi.

Me conoce como si me hubiera parido, asi que según entra por la puerta y me ve, dice "Algo has hecho".
Es como cuando le digo voy a comprarme un casco para la moto que está en oferta de 175 euros... y vuelvo con uno que cuesta 399, según entro por la puerta tiene la carita igualita a la de este momento.

- Verás, creo que la he cagado.
- ¿Qué has roto?. ¿Cuánto te ha costado?. ¿Llevas mucho tiempo con él?
- Que no, que no, que no es una cagada de esas... mira.

Me desnudo y le enseño mi obra. Parezco un Alemán en Torrevieja un 2 de Agosto, o una gamba de Huelva.
- ¡Ay la madre que te parió!... pero si estás en carne viva.
- Yo es queee... quería darte una sorpresita.. quería raparme los huevos y eso... pero claro, quedaba mal, y tirando, tirando....
- Pero.. ¿cómo lo has hecho?... ¿con hacha?.
- Que no jope!. Yo creo que ha sido la crema hidratante. Ahí si que me ha
empezado a picar.
- ¿qué crema te has echado?
- Esta...
- ¿La desmaquilladora?. JAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAJAAA jAAAAAAAAAAA AJAAAAA jAAAAAA AAAAAAA AAJA AAAAAAA.

MIÉRCOLES...

Por fin se ha pasado los picores. Lo peor ha sido el culo. Me he retorcido como si tuviera lombrices. Parecía que había plantado el ano en un avispero.

El pecho pica y la zona genital. Tanto me he rascado que un amigo me preguntó "Tío... ¿no te habrás ido de putas y te han pegado algo?". No tuve valor a explicarle lo ocurrido, asi que ha dejado de hablarme porque es amigo de mi mujer y piensa que soy un putero.

Hoy voy a intentar hacer el amor con mi mujer. Estos dos días ni me la he meneado. Cualquier movimiento irritaba alguna zona de mi cuerpo y terminaba rascándome mientras veía como mi pene (casi la única zona de mi cuerpo que no está irritada) se bajaba.

Ahora me noto mucho mejor, casi no me pica nada, no tengo nada irritado..

Ayer tenía unos granos rojos por todo el cuerpo, como picaduras de mosquito. Mi mujer decía que tenía "cada poro de tu cuerpo cabreado contigo". Pero hoy se va a cagar. Eso si, le diré que se abra de piernas en el borde de la cama.

¡¡ No quiero roces!!

erraol

Últimamente los veranos ya no son lo que eran, tan pronto nos achicharramos como hay que ponerse el forro polar. Estoy cansada, lo que yo quiero es levantarme tarde, dormir, dormir mucho, y luego volver a dormir.

Ya falta menos, en menos de dos semanas serán vacaciones, debería haber hecho caso a mi padre y haber hecho magisterio, así tendría vacaciones tooooooooodo el verano, claro que hay que tener en cuenta que no sirvo para enseñar a niños.

Lo mejor del verano es volver a ver a los amigos, reencontrar a los dispersos por la geografía española, sólo el verano y la Semana Santa lo consiguen. Pero como hace mal tiempo no apetece salir al velador de Pola después de cenar, así que te tumbas en el sofá y es de nuevo invierno, solo que ahora estoy sola, porque mi marido si ha salido, aunque hay cosas que nunca cambian, no hay nada que ver en la tele y no sé que libro atacar, en fin, mañana será otro día, por fin terminaré el trabajo pendiente y que prometí terminar.

La otra noche cuando estaba en el concierto de Sabina mientras el cantaba aquello de ¿Quién me ha robado el mes de abril? yo, me preguntaba y a mí ¿quién me ha robado el mes de julio? no me he enterado no he hecho más que trabajar y trabajar y la pregunta es ¿realmente merece la pena? tengo mis dudas, estoy en ese punto mitad astío mitad cansancio, en el que te dan ganas de mandar todo a paseo y dejar el trabajo y dedicarte a otra cosa, afortunadamente mi mente práctica me lo impide.

Por otra parte si hago balance el resultado es altamente positivo entonces ¿porqué no estoy dando saltos de alegría? ahí está la complejidad de la vida, que simplemente unas rachas de cierzo que me impiden salir a la calle me llevan a estar tristona. En fin no hay mal que cien años dure, así que voy a ver si encuentro algo realmente hot que leer y se me pasa esta murria mía.

Buenas noches chicas.