Hay mujeres para todo, las hay inalcanzables y las hay que aún pudiéndo serlo, están siempre ahí, acogiendo a todo el que llega a su casa sea la hora que sea, avisando y sin avisar.

Mi amiga L. es así tiene siempre los brazos abiertos, siempre hay un hueco para escuchar a las amigas, ayudar a un hijo ajeno que anda perdido, idear un negocio nuevo y hacer y deshacer maletas, hoy montaña, mañana congreso, pasado playa, y aún queda tiempo para preparar una comida, una cena, un cafetito o lo que haga falta en cualquiera de sus casas.

No sé si te damos suficientemente las gracias, no sé si sabemos agradecerte todo lo que haces por nosotros y tu disponibilidad para todos: los amigos, tu pareja, tus hijos, tus padres tus hermanos, tus cuñados, tus sobrinos, los adoptivos también, que estos son los que más guerra te dan. Muchas gracias por ser como eres, muchas gracias por ese pan con tomate de anoche y todo lo demás. Tienes el don de hacer la vida más fácil, y una capacidad de trabajo impresionante, estás siempre ahí en las alegrías y en las penas, siempre con buena cara, siempre impecable y lo mejor de todo, siempre con tu sonrisa en la boca y los brazos abiertos. Has hecho de tu casa la casa de todos y se nota que nos encontramos bien, porque viene semana Santa y allá que vamos todos.

Un beso para tí y los tuyos, que también son nuestros, te queremos, os queremos

M. Mar

Pd.: soy mala vendedora, pero intentaremos vender el aceite