Si verdaderamente existe la reencarnación yo me pido en la próxima vida ser sirena. Me encanta nadar, y dejarme descansar en el agua.
Imaginad que vuestro trabajo diario sea, además de cuidar vuestras largas, doradas y onduladas melenas, pulir vuestras escamas con unas algas especiales y dar lozanía a vuestra piel, con algún tipo de ungüento que sólo se produzca dentro de las cuevas más recónditas del fondo del mar y a las que solo las sirenas puedan llegar. Imaginad que en los días soleados de la primavera os acomodais en una roca en la que las olas del mar rompen formando rizos de espuma, que los rayos del sol os acarician la piel y las nubes en el cielo idean un juego para vosotras solas. ¿Oís? son las otras sirenas que os vienen a buscar para saltar entre olas y jugar al escondite entre los corales.
Claro que todo tiene inconvenientes porque a ver ¿quien cree en los sirenos? Y si los sirenos no existen, ¿cómo se reproducen las sirenas?, ¿y si resulta que las sirenas no tienen sentimientos?. En ese caso mejor me vuelvo a reencarnar en yo misma, porque nadar me gusta mucho pero también me gusta tener sentimientos y me gusta mi sireno, y también me gusta tener piernas, porque las escamas deben de picar lo suyo, además que los esqueletos de los peces dan muchos tirones en el pelo cuando tratas de peinar la melena, y la piel se pondrá escamosa y seca de tanta agua, ¡menudo gasto en cremas!. Ja, y no me había parado a pensar en la monotonía de la dieta, siempre a pez, ¡puag! alguna gamba y algas, no volver a comer un huevo frito en la vida, ni un triste solomillo que llevarse a la boca, ni un vinito, que triste.
He decidido que ya no quiero ser sirena, mejor me reencarno en funcionario de la DPZ, eso sí, no renuncio a la playa ni al placer de nadar, porque placeres hay muchos de todas las formas y los colores, uno de ellos es nadar, ya lo he dicho . Miles de gotas de agua se organizan por tu piel haciéndose una con ella para deslizarte más rápido y mas suave, para lubricar y permitir que no te cueste ningún esfuerzo moverte bajo el agua, y sentir esa sensación de que por fín has llegado a tu medio, por fín estás donde siempre has querido, bajo el agua, donde con un simple movimiento de tus piernas arqueadas te desplazas hacia delante, con tan solo mover una mano la corriente fluye a tu alrededor llevándote lejos, sin cansancio, donde puedes hacer miles de cabriolas sin que la ley de la gravedad te afecte, donde puedes por un momento transformarte en la mejor gimnasta de todos los tiempos, no hay ningún movimiento imposible, todo está a tu alcance.
Y, cuando por fin sales a la superficie, los reflejos del sol se hacen uno con la superficie del agua y todo tiene otro color. El color de la calma, ya estás preparada para afrontar un nuevo día con la energía necesaria, todo es más fácil.
Buenos días chicas.
Imaginad que vuestro trabajo diario sea, además de cuidar vuestras largas, doradas y onduladas melenas, pulir vuestras escamas con unas algas especiales y dar lozanía a vuestra piel, con algún tipo de ungüento que sólo se produzca dentro de las cuevas más recónditas del fondo del mar y a las que solo las sirenas puedan llegar. Imaginad que en los días soleados de la primavera os acomodais en una roca en la que las olas del mar rompen formando rizos de espuma, que los rayos del sol os acarician la piel y las nubes en el cielo idean un juego para vosotras solas. ¿Oís? son las otras sirenas que os vienen a buscar para saltar entre olas y jugar al escondite entre los corales.
Claro que todo tiene inconvenientes porque a ver ¿quien cree en los sirenos? Y si los sirenos no existen, ¿cómo se reproducen las sirenas?, ¿y si resulta que las sirenas no tienen sentimientos?. En ese caso mejor me vuelvo a reencarnar en yo misma, porque nadar me gusta mucho pero también me gusta tener sentimientos y me gusta mi sireno, y también me gusta tener piernas, porque las escamas deben de picar lo suyo, además que los esqueletos de los peces dan muchos tirones en el pelo cuando tratas de peinar la melena, y la piel se pondrá escamosa y seca de tanta agua, ¡menudo gasto en cremas!. Ja, y no me había parado a pensar en la monotonía de la dieta, siempre a pez, ¡puag! alguna gamba y algas, no volver a comer un huevo frito en la vida, ni un triste solomillo que llevarse a la boca, ni un vinito, que triste.
He decidido que ya no quiero ser sirena, mejor me reencarno en funcionario de la DPZ, eso sí, no renuncio a la playa ni al placer de nadar, porque placeres hay muchos de todas las formas y los colores, uno de ellos es nadar, ya lo he dicho . Miles de gotas de agua se organizan por tu piel haciéndose una con ella para deslizarte más rápido y mas suave, para lubricar y permitir que no te cueste ningún esfuerzo moverte bajo el agua, y sentir esa sensación de que por fín has llegado a tu medio, por fín estás donde siempre has querido, bajo el agua, donde con un simple movimiento de tus piernas arqueadas te desplazas hacia delante, con tan solo mover una mano la corriente fluye a tu alrededor llevándote lejos, sin cansancio, donde puedes hacer miles de cabriolas sin que la ley de la gravedad te afecte, donde puedes por un momento transformarte en la mejor gimnasta de todos los tiempos, no hay ningún movimiento imposible, todo está a tu alcance.
Y, cuando por fin sales a la superficie, los reflejos del sol se hacen uno con la superficie del agua y todo tiene otro color. El color de la calma, ya estás preparada para afrontar un nuevo día con la energía necesaria, todo es más fácil.
Buenos días chicas.