Ayer el castillo recibió como todos los fines de semana muchos visitantes, entre ellos los atletas que a las siete y media de la tarde emprendieron una carrera desde el pueblo hasta el castillo, 5 km de carretera cuesta arriba y sin pedalear porque se trataba de correr con las propias piernas.
Allá que salieron estos intrépidos e intrepidas atletas y en menos de 20 minutos salvaron la distancia y los casi 450 metros de desnivel, curva tras curva. Llamaba la atención el poco número de atletas que este año había venido, claro que enseguida caímos en que había otras carreras con mejor premio en metálico y por eso aquí solo estaban los de Huesca y poco más, gracias a ellos por venir un año mas. Tampoco había excesivo público y también caímos en la cuenta de que habían subido al castillo para ver si conseguían ver a Fernando Torres que venía a la boda de su hermana que se casaba aquí a la hora de la carrera.
Bueno pues en esta ocasión he sido mala, yo diría que muy mala, porque me alegré mucho de que no pudieran verle y que no se bajase del coche para firmar autógrafos ni a los niños. Sabíamos de esta boda desde hacía meses y también conocíamos que los novios querían discreción y así se la dimos, pero a última hora, Huesca no deja de ser un pueblo, y todo el mundo se enteró de la boda y de la visita de Torres, a quien espero que le gustase el castillo.
Como digo mucha gente de Loarre y de los pueblos cercanos se acercó hasta las murallas del castillo para ver al futbolista, había más futbolistas, no tan famosos pero sí son nuestros porque defienden los colores del Huesca y por eso son más cercanos a nosotros, Sorribas, Cabrero, el propio Rodri, que se casaba, Helguera, etc. etc. etc. estos si pararon a firmar autografos y camisetas del Huesca, pero lo que quiero contar es la anécdota de la llegada de Torres al castillo. Llega un coche al castillo, no se puede entrar con los coches hasta el recinto amurallado y tampoco al entorno, hay que dejar el coche en el parking y bajar disfrutando del paisaje, pero para las bodas los novios y algunos invitados con problemas de movilidad acceden hasta la puerta en sus coches, pues bien, todo el mundo pensaba que Torres haría lo propio llegaría hasta las inmediaciones de la puerta y aparcaria bajo los pinos así que cuando vieron pasar el Audi del mentado futbolista y dirigir su coche hacia las puertas, y vieron que las atravesaba y que dichas puertas se cerraban rápidamente la gente se quedó, como decimos aquí, con un palmo de narices. Soy mala, lo sé, pero cuando me enteré de lo acontecido no pude más que alegrarme interiormente y soltar una carcajada.
Más tarde unos amigos invitados a dicha boda, me contaron que la ceremonia había sido muy bonita, me alegro, también sé que la cena posterior y el baile se prolongó hasta bien entrada la madrugada, vamos, que lo han pasado divinamente.
No queda otra que desear a los novios que sean muy felices y a Fernando Torres que se lleve un grato recuerdo de su estancia entre nosotros.
Buena noche de domingo