Gloria a Ti, ¡Oh Virgen María!
que en Loarre levantas
tu trono de amor,
escucha hoy el clamor,
¡oh Virgen del Castillo!
y derrama tu bendición
sobre tus fieles hijos
del pueblo de Loarre,
que te invocan con gran fervor.
Virgen y Madre del Castillo
vuelve tus ojos de bondad
sobre tus hijos de Loarre
que te prometen siempre amar.
Tu nombre santo es luz divina,
fuerza y sostén para el mortal
que nuestros labios lo repitan
en el momento de expirar.
Al presentarnos en este día,
para ofrecerte el corazón,
dános, ¡oh Virgen del Castillo!
tu generosa bendición.
Nos alejamos de tu ermita
con gran pena y aflicción
mas tu recuerdo llevamos
siempre en el alma y corazón.