Siempre presidiendo nuestras vidas, influyendo en ellas. Siempre esperando llegar a descubrir tu imagen mimetizada con la sierra para sentirnos en casa.
Cuando me levanto y miro por la ventana en las mañanas otoñales y apareces entre nubes como si de un castillo mágico se tratase, hay que aprovechar el momento y llenarse con la imágen porque los rayos del sol pronto harán desaparecer la magía y darán paso a la piedra dorada.
Cuando vuelvo a casa a medio día y y tomo la curva de Novalla aparece "el Cachicar" verde, otra mancha de un verde distinto entre los pinos y roca de la sierra, brillante si ha llovido, la torre de la iglesia con los pináculos implorantes hacia el cielo, y al poco girando la vista, te manifiestas en toda tu magestuosidad.