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Me parece que llevo un mes manteniéndome a base de "verde". No lo llevo mal, he sobrevivido al jamon ibérico que se ha zampado mi querido esposo, he sobrevivido al pollo de corral guisado que hay en la nevera, he sobrevivido al queso, ..., dejémoslo en: he sobrevivido.

No penséis que sufro, en absoluto, pero si no me quejo ¿de qué sirve hacer una dieta desintoxicante?.

Lo que peor llevo es tener que usar la licuadora, es un electrodoméstico que nunca ha contado con mi cariño, es un rollo tener que desmontar tantas piezas, en realidad tampoco son tantas, cuatro; pues eso no me gusta tener que andar montando y desmontado la maquinita para el zumo, además que hace falta ser millonario para poder tomar más de un zumo al día, la cantidad de fruta que llega a entrar para llenar un vaso de los de agua de zumo multifrutas. Eso sí, está buenísimo. Se me ocurre que esa norma que dice que hay que tomar cinco piezas de fruta u hortalizas al día resulta carilla, y los pobres agricultores reciben una minucia por su producto final, en fin, ya llegaremos a comer maquinitas.

Hoy era el día en que me había dicho que podría comer comida, jajaja, me refiero a carne, pescado, pan, ¡que bueno el pan por dios!, pues bien esta semana podré tomar pez, cuatro días el resto sigo con mi verde en forma de ensalada, verdura, escalibada, caldos, gazpacho, ...., como se me ilumine, pero verde. Y ¿sabéis una cosa? que si no como verde le encuentro falta, es como el agua, si no bebo mucha agua me siento desfallecer, y si no como verde en unos días también. Además que el día que vuelva a comer comida seguro que me sienta mal, una es así de especial, pero merecerá la pena comer ese entrecot con el que sueño.

En fin, mi reino por un solomillo, ¿alquien da más?