Juro que yo iba a ser buena y ponerme a trabajar, que había incluso empezado a hacerlo pero no tengo la culpa de que mi compañera tenga estos dilemas matutinos, porque a ver, si a vosotras se os presenta delante de vuestra mesa y os pregunta:
- ¿Quieres leer la carta que me ha escrito hoy?.
¡Qué vas a decir!, ¿eh? pues que sí, vamos que los ojos te hacen chiribitas por leer la carta en cuestión, con lo bonito que escribe el susodicho enamorado. Así que ahí voy, leo y me maravillo, y pienso, ¿será consciente de la suerte que tiene?. Y ahora viene el quid de la cuestión, porque claro mientras yo leía, ella seguí delante de mi mesa, y en cuanto ha visto que terminaba pregunta:
- ¿Qué hago? porque ahora tengo dos, y yo no puedo estar con los dos, mi conciencia no me lo permite.
La he mirado y he respondido:
_ Vamos a ver, ¿tú quieres una relación seria? ¿tú quieres abandonar tu independencia, e irte a vivir con uno de ellos? o ¿tú quieres disfrutar de la vida?.
A lo que ella ha dicho:
- Naturalmente que disfrutar de la vida. No quiero a nadie en mí casa.
- Entonces, he replicado, si tienes tan claro lo que quieres, es sencillo, de lunes a viernes uno y el fin de semana el otro.
- ¿En serio que me propones eso?, dice
A lo que yo replico:
- Pues claro, a ver, si no quieres ataduras, si no quieres irte a vivir con ninguno de ellos ni tener una relación seria, porqué renunciar a uno si puedes tener a los dos, y si la cosa progresa y decides vivir en pareja ya decidirás cual prefieres y obrarás en consecuencia.
- ¿Y si me equivoco y llamo a uno por el nombre del otro?
- Tendrás que llamarlos a los dos del mismo modo, le he dicho
A lo que ella ha respondido:
- Es verdad, en realidad a ambos les llamo "darling".
En ese caso problema resuelto, he pensado, falta que realmente sea capaz de hacerlo, yo, lo pongo en duda.
Claro que una piensa y medita sobre lo que le ha dicho a la compañera y llega a la conclusión que suerte, suerte, lo que se dice suerte, la tengo yo, porque no he de andar con rompimientos de cabeza ni haciendo elecciones, yo elegí en su momento y elegí bien, así que soy afortunada porque cuando llegue a las cinco mi elección estará esperándome.
Buenos días chicas.
- ¿Quieres leer la carta que me ha escrito hoy?.
¡Qué vas a decir!, ¿eh? pues que sí, vamos que los ojos te hacen chiribitas por leer la carta en cuestión, con lo bonito que escribe el susodicho enamorado. Así que ahí voy, leo y me maravillo, y pienso, ¿será consciente de la suerte que tiene?. Y ahora viene el quid de la cuestión, porque claro mientras yo leía, ella seguí delante de mi mesa, y en cuanto ha visto que terminaba pregunta:
- ¿Qué hago? porque ahora tengo dos, y yo no puedo estar con los dos, mi conciencia no me lo permite.
La he mirado y he respondido:
_ Vamos a ver, ¿tú quieres una relación seria? ¿tú quieres abandonar tu independencia, e irte a vivir con uno de ellos? o ¿tú quieres disfrutar de la vida?.
A lo que ella ha dicho:
- Naturalmente que disfrutar de la vida. No quiero a nadie en mí casa.
- Entonces, he replicado, si tienes tan claro lo que quieres, es sencillo, de lunes a viernes uno y el fin de semana el otro.
- ¿En serio que me propones eso?, dice
A lo que yo replico:
- Pues claro, a ver, si no quieres ataduras, si no quieres irte a vivir con ninguno de ellos ni tener una relación seria, porqué renunciar a uno si puedes tener a los dos, y si la cosa progresa y decides vivir en pareja ya decidirás cual prefieres y obrarás en consecuencia.
- ¿Y si me equivoco y llamo a uno por el nombre del otro?
- Tendrás que llamarlos a los dos del mismo modo, le he dicho
A lo que ella ha respondido:
- Es verdad, en realidad a ambos les llamo "darling".
En ese caso problema resuelto, he pensado, falta que realmente sea capaz de hacerlo, yo, lo pongo en duda.
Claro que una piensa y medita sobre lo que le ha dicho a la compañera y llega a la conclusión que suerte, suerte, lo que se dice suerte, la tengo yo, porque no he de andar con rompimientos de cabeza ni haciendo elecciones, yo elegí en su momento y elegí bien, así que soy afortunada porque cuando llegue a las cinco mi elección estará esperándome.
Buenos días chicas.