Hace un frio de mil demonios, pero igualmente estamos tocando la primavera, seguimos con temperaturas bajo cero aunque bien es verdad que estamos en el tiempo del frio, así que a abrigarse, no queda otra.
El viernes estaba yo en casa tranquilamente cuando escuché el sonido de las bandadas de grullas que suben para el Pirineo, cogí la cámara de fotos y me subí a la terraza, me llevé una gran desilusión porque las escuchaba y no las veía, de hecho me bajé sin verlas. Más tarde comenté que las había escuchado pero no visto y me dijeron: tranquila, llevan días revoloteando pero no se deciden a cruzar la sierra, eso es que va a hacer mal tiempo. Y así ha sido, hace más que malo.
Cuando hoy he salido de casa mi coche marcaba -5 si tenemos en cuenta que la plaza es un sitio bastante cálido y donde no suele haber temperaturas bajo cero... y si a esto añadimos el cierzo pues entenderéis porqué mis dedos de la mano izquierda agarraban el volante sin ninguna fuerza y congelados totalmente, los de la mano derecha no estaban congelados, otra incógnita. Ahí tenéis la suerte de vivir en el pueblo a una le da tiempo entre que va y vuelve al trabajo a congelarse y achicharrarse de calor, si es que tendría que venir a trabajar con maleta.
Volviendo a las grullas, espero que este fin de semana tenga ocasión de escucharlas de nuevo, y verlas cruzar la sierra, será que el buen tiempo llega y que la primavera ya está aquí.
Me viene a la mente aquella vieja canción "La violetera" pues aquí en Loarre el ave precursora de la primavera es la grulla.